viernes, 8 de octubre de 2010

Un cuartel no es una escuela

UN CUARTEL NO ES UNA ESCUELA

Dada la media sanción obtenida por el proyecto de Servicio Cívico Voluntario presentado por la senadora Laura Montero, con el apoyo del Radicalismo, Peronismo Federal y PRO, creemos que, como jóvenes, no podemos callarnos ante lo que consideramos una gravísima criminalización de una clase social y un preocupante retroceso en el camino de la inclusión social que acompañamos y pretendemos profundizar.

El proyecto (que pueden descargar del enlace mas abajo) establece la creación de un servicio orientado a “asistir y contener a jóvenes en situación de riesgo”… en los cuarteles. Entre sus objetivos encontramos: “Alentar, a través de políticas activas, la terminación del ciclo educativo básico y capacitación en artes y oficios de los ciudadanos o ciudadanas ingresados al Servicio Cívico Voluntario, aumentando de ese modo las posibilidades de acceso al mercado laboral”, y “Promover el desarrollo de otras actividades tales como el deporte, actividades culturales y artísticas que fomenten la cohesión social”. El trámite parlamentario se orientó sólo a dos comisiones, de nombre muy sugestivo: “Justicia y Asuntos Penales” y “Seguridad Interior y Narcotráfico”… curiosamente, ni se mencionó a la Comisión de Educación!

Obviamente, una iniciativa de estas características sólo puede ser concebida desde una visión retrógrada y discriminadora que ve a los jóvenes que se encuentran inmersos en la pobreza como delincuentes perezosos que únicamente viven para consumir drogas y delinquir, por lo que necesitarían la tutela de una “mano firme” que le marque los límites. La única interpretación que cabe a este proyecto es que los que están en riesgo no son esos jóvenes, escoria de la sociedad, sino el resto de los ciudadanos, a los cuales hay que proteger mandando a aquellos a los cuarteles a los fines de tenerlos lejos y dominados.

Estamos frente a un proyecto que no se pregunta por qué muchos jóvenes se ven forzados a abandonar sus estudios para abocarse al mercado laboral, no se pregunta cuáles son las diferencias de capacidades pedagógicas entre una escuela y un cuartel, no identifica las causas a partir de las cuales un joven es catalogado como “población en riesgo”. Simplemente esconde el objetivo

Estos legisladores, impulsados por el Vicepresidente de la Nación, son los que dicen ser la nueva política, los que vienen a hacer el cambio que, según ellos, la gente reclama a gritos. Pero no nos confundamos: de nuevo no tienen nada. Son los mismos de los noventa, los mismos que continuaron la ideología destructora del Proceso. Los que asimilan un pobre a un delincuente, por el mero hecho de no tener recursos, los que identifican a la escuela con un cuartel, porque no ven a la primera como un instituto para el aprendizaje y la formación, sino como un lugar para dominar, someter y acallar todo espíritu creativo y crítico que cuestione y transgreda el orden vigente, muchas veces desigual e injusto. Como defensores de políticas públicas de carácter universal, no podemos menos que oponernos a un proyecto de estas características, que genera instituciones educativas de primera y segunda categoría, cuando el objetivo fundamental de la educación pública es ofrecer igualdad de condiciones a todos los ciudadanos por igual. Creemos que el sistema educativo es y debe ser sólo uno y los esfuerzos de los senadores debieran estar orientados a mejorarlo y no sustituirlo.

Porque un cuartel no es una escuela: ¡Queremos hacernos oír, queremos que nuestro futuro como jóvenes se vea acompañado por el apoyo de todos y todas, antes que limitado por infundados temores! Por eso pedimos que no se tome este proyecto a la ligera, que se contemple realmente su trasfondo ideológico, y se medite sobre las consecuencias que traería su implementación. Les pedimos que piensen en nuestro futuro, que piensen en qué país quieren que se formen sus hijos y sus nietos: en una sociedad cruzada por la discriminación y la violencia, o en una sociedad inclusiva e integradora donde, todos juntos, ahondemos esfuerzos por el bienestar general.

(LINK AL PROYECTO ENVIADO A DIPUTADOS)


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